Hoy, más que nunca, los líderes de las empresas necesitan inspirar a sus colaboradores para que se mantengan comprometidos y para que salgan bien librados de los efectos negativos de la crisis, maximizando la satisfacción de un trabajo bien hecho y de una vida bien vivida.
El compromiso y el bienestar influyen en gran medida en la forma en que evaluamos nuestras vidas.
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Además, el compromiso de los empleados es un factor clave para la retención y el desempeño, mientras que el bienestar tiene importantes consecuencias para la productividad y satisfacción en el trabajo.
Por esta relación recíproca y aditiva entre ambos factores es necesario cultivarla de manera integral.
Para que su fuerza laboral sea prospera y de alto rendimiento, , los líderes pueden emplear alguna o todas las acciones que a continuación se proponen:
1. Incluir a los empleados en la conversación sobre bienestar
Los empleados pueden aportar valiosas ideas sobre cómo mejorar su bienestar profesional, social, financiero, comunitario y físico, tanto en el trabajo como en casa.
Las ideas deben discutirse abiertamente y buscar cómo incorporarlas a los programas laborales. Y si no son utilizadas, es importante explicar el motivo para no desalentar la participación en el futuro.
2. Vincular el bienestar con la misión de la empresa
Sentir que la organización tiene un propósito importante es un aspecto fundamental del compromiso.
Cada empleado puede revisarlo y discutir cómo contribuye al éxito de este; recíprocamente, puede analizar cómo dicha misión le ayuda a él o a ella a llevar una vida bien vivida.
En tal sentido, a mayor coincidencia entre los valores y propósito del colaborador con los de la organización, mejores resultados de negocio y de compromiso.
3. Fomentar la participación en actividades de bienestar
Si los empleados eligen las actividades de bienestar que mejor se adapten a sus objetivos individuales, se harán aún más responsables de ellas.
Con este enfoque se reconoce que cada persona tiene talentos e intereses únicos. Se trata, además, de una buena oportunidad para difundir los programas de bienestar que la empresa pone a disposición de los colaboradores.
4. Identificar el elemento de bienestar que es más natural para cada empleado
En reuniones individuales o en grupos pequeños, los colaboradores pueden compartir cuál elemento del bienestar les resulta más natural, así como los factores personales y laborales que los motivan. Este ejercicio ofrece ejemplos a los demás y reconoce sus logros en la vida y en el trabajo.
5. Reconocer a los empleados por sus logros en materia de bienestar
Si los empleados saben que serán reconocidos por hacer un gran trabajo, se sentirán motivados. El mismo principio se aplica al mejoramiento del bienestar.
Formalizar mecanismos para reconocer los logros en este ámbito incrementará tanto el fomento a la calidad de vida como el compromiso.
6. Seguimiento y retroalimentación
Invitar a los empleados a que compartan sus intereses y objetivos de bienestar, preguntarles por sus avances y por su familia y hacer una lluvia de ideas sobre cómo incluir sus metas en las actividades de bienestar en el trabajo son retroalimentaciones que demuestran un interés verdadero y, además, promueven la conciencia sobre la calidad de vida.
7. Crear un “equipo de bienestar”
Los colaboradores pueden identificar a tres personas del trabajo que hayan tenido impacto significativo en su bienestar y luego escribirle una nota al respecto.
Esto resulta un gran mecanismo de reconocimiento para ese “equipo” y, de manera informal, crea una especie de mentoría sobre el tema en el lugar de trabajo.
8. Crear una red de intercambio para socializar las mejores prácticas
Cuando las personas se reúnan por trabajo o por diversión, se les puede proponer que se tomen un momento para comentar algo sobre su bienestar personal y para compartir información.
De esta manera se crea una red social sobre cómo lograr una vida satisfactoria. Desde luego, estas reuniones pueden ser presenciales o virtuales.
Ahora más que nunca, los líderes de las empresas necesitan inspirar a sus colaboradores para que se mantengan comprometidos y para que salgan bien librados de los efectos negativos de la crisis, maximizando la satisfacción de un trabajo bien hecho y de una vida bien vivida.
Una recomendación final para los líderes: sean el ejemplo, marquen las pautas siendo los primeros en adoptar las prácticas de bienestar, sean congruentes entre el decir y el actuar.
